El siguiente relato, cuenta lo que le pasa a esos vecinos que se los creen que lo tienen todo y que siempre están chicaniando. Espero que lo disfruten y más cuando le llega el karma impuesto no por el destino, pero es casi lo mismo.
EL VIEJO ANIBITA

Anibita. -tanto, que ya no
dejaban oír al ganadero- y éste mal humorado, procedió a cerrar las puertas de
la casa.
Pues, como sí señor, que la
peladera se quedó afuera, mirando un chispero. -mi madre! si no habían 50
pelaos en ese momento y el vecindario ardiendo, porque también se sintió
ofendido, -ajá- porque ahí estaban, los hijos del Piche Godín -que eran 9-, el
Nene, Rafa, Oscarito, el puto y el Jairo -que era el último de ellos-, los
hijos del Nono Díaz, el Nono chiquito y el tun-tun, los hijos de Alfonso Gómez
-Mario y el gato-, los hijos de Erasmo Toribio -como 4-, fuera del Furuso, el
Alberto de Miguel Ramón y el negro de Marina, los de Aurora Bello -2-, Álvaro
el visco, y el "manito" Alean y por último, el Humbectico, el
mismísimo diablo de la niña Blanquita, -diría Alfó, el papá putativo de los
López-Gómez-.
Éste, se fue para su casa maquinando la maldad
que había aprendido en el Liceo Bolívar. Ya en el comedor, le metió una moneda
de cobre al foco provocando un corto mayúsculo, -Maña que aprendió con el
mismísimo sobrino de ANIBITA, “Aníbal de Luis”, -armaban un corto en el
circuito eléctrico donde se encontraba el colegio, barrio la María de
Sincelejo,- con una moneda de cobre para que les dieran salida, mientras se
restablecía la luz-.
La corriente era absorbida por la
moneda encholocada en el foco, y así empezó el fogonazo en la casa de la niña
blanquita, cuyas cuerdas no resistieron la temperatura. Cuando la candela,
chispeaba bajo la palma seca, se armó el griterío: Se quema la casa de la niña
Blanquita! La gente corría con baldes, ollas, tanques, Alguien, reventó el
cable que daba entrada al circuito y se conjuró semejante desorden, pero nadie durmió
esa noche en San Andrés! Luego que desconectaron la casa del circuito
eléctrico, se restableció la luz en todas, menos en la que se originó el corto-
. Dios sabe cómo castiga las pilatunas.
Así se quemó el primer televisor
que llegó a San Andrés y que duró un solo día. ANIBITA POLO como era tan
fregado, se fue a Sincelejo y les tiró el televisor por la cara a los
propietarios del almacén, convencido de que por culpa de ese aparato, casi se
quema San Andrés. -"¡MALDITO APARATO,...YO PA’ QUÉ COMPRÉE ESA MARICADA!”
-afirmaba con esa vocesota de tarro que tenía-. SI JOSEFINA ME HUBIERA HECHO
CASO, ¡NO HUBIERA PASAO NAA!
-Si Anibita se hubiera enterado
de la verdad, yo no estuviera contando el cuento, a mi pobre mamá la hubieran
desterrado de San Andrés y Josefina hubiese podido gozar su televisor, por
muchos años
http://humbertobustos.blogspot.com/2011/07/relatos-de-la-costa-caribe.html
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